jueves, junio 07, 2012

Pandora


Ahora en esta casa también vive Pandora.
Al igual que Cicerón, la encontramos (junto con su hermana) en la calle, dentro de una caja de zapatos.
No tenían más de un mes.
Recuerdo que chillaban. De susto, hambre, nostalgia del cuerpo de su madre.
Pandora llegó para mostrar el otro lado de la vida felina. Es la hermana de Cicerón y ahora son una familia. Somos una.
Y vuelvo a repetirme la pregunta ¿por qué un ser humano es así?
Capaz de realizar el proceso de separar a los hijos de su madre, ponerlos en una caja, tirarlos en una calle cualquiera y huir.
¿Por qué?
Creo rotundamente que una persona capaz de considerar a un animal como un ser inferior y decidir por él (sobre su vida, su modo de vivir, su modo de sentir) es alguien que fácilmente abusa de los demás y construye su "poder" a partir del abuso. Y si, hablo de todos. No sólo de los que abandonan animales en la calle sino que también de los que los golpean, los encierran, los hacen payasos de circo, los sacan de su hábitat sólo por placer propio, los torturan y esclavizan para ganar dinero, experimentan con ellos. Ese ser humano puede hacer lo mismo con otro ser humano que considere débil. Y bueno, el mundo tiene grandes ejemplos de esa relación de poder.
Cicerón y Pandora llegaron para equilibrar un poco el desajuste.
Yo, en realidad, le doy las gracias a ellos por enseñarme a aprender otro idioma y a observar la vida desde sus ojos, a partir de su sensibilidad.
Pandora es esquiva, asustadiza y quejona. Pero cada manifestación de esa personalidad es un reto para mi.
Y, en el fondo, siempre llega a mi lado para acurrucarse y dormir.
Y yo llego al de ella para lo mismo.
Gracias Pandora por llegar y hacer de este hogar una locura boni.

miércoles, junio 06, 2012

NO HACER NUNCA: googlear síntomas


Cada vez que caigo en la absurda manía de googlear síntomas que me afectan recuerdo porque NO HAY QUE HACERLO NUNCA.
Básicamente porque da lo mismo si pones algo simple en el buscador, siempre saldrá una descripción trágica de alguna enfermedad compleja que de seguro te llevará a la muerte o a la invalidez.
Claro, sé que a veces necesito aclarar un poco lo que me pasa, qué puede ser, a qué doctor debo ir pero inevitablemente caigo en la somatización y la angustia porque Google tiene el poder de agrandar excesivamente todo.
Ahora mismo, comencé buscando una cosa y terminé en un portal de neurología enfrentada a términos que suenan graves y que me asustaron.
A veces creo que esta es una conducta propia de personas urgidas y apuronas que prefieren indagar por su cuenta antes que ir a un doctor que de un diagnóstico más fidedigno que Google.
Nunca voy a olvidar la vez que googleé "fiebre alta sin infección". Y claro, fue una vez que de un día para otro tuve fiebre altísima y todos pensaron que tenía la famosa fiebre porcina. Y no sólo eso, tuve fiebre por ocho días seguidos y no estaba resfriada ni tenía una infección. Pero el señor Google me diagnosticó cáncer y ahí yo ¡paf! caí en la histeria más grande.
La cosa se resolvió dejando de tomar los dos litros de té pu-erh que estaba consumiendo a diario y la fiebre desapareció como llegó: de un día para otro.
¿Habrá sido el té? ¿Google tenía razón?
Como sea, la lección final es NUNCA MÁS googlear síntomas y mejor escuchar al cuerpo y a la mente porque finalmente son estas dos las herramientas más certeras para saber qué y por qué nos suceden ciertas cosas.

martes, junio 05, 2012

De las cosas tristes: almorzar frente al computador


Voy a hablar de las cosas tristes, pero seré ordenada  y dedicaré un post por cada cosa triste (si tienes una te invito a que comentes y puedo desarrollar el tema porque cosas tristes y cotidianas hay muchas. Y no hablo de la pobreza y la desigualdad social, sino de cosas simples y tristes del día a día de un humano cualquiera.).
La cosa triste de hoy es almorzar frente al computador. Digo, después de una infancia comiendo en una mesa con mantel, pan, servilletas, jugo, ensalada y radio AM, resumir el instante de alimentarse a un pote plástico mirando una pantalla inerte ciertamente que es triste. Todo como que se va robotizando y un acto tan agradable de compartir como es comer de repente se torna insípido y da lo mismo que la comida sea rica.
Mi teoría es que por esto la cadena Castaño es exitosa; es comida para robots cuyo instante de almuerzo no tiene sentido ni trascendencia. Humanos que han perdido la felicidad de dedicar tiempo a alimentarse y prefieren que sea rápido, indoloro. Entonces las ensaladas insípidas, las empanadas secas, las ensaladas de frutas para astronautas del Castaño aparecen y son devoradas.
Y claro, si el lugar de trabajo no tiene un buen espacio para almorzar sumado a lo costoso del alimento en el sector donde trabajas no queda más que saciar tu hambre devorando el almuerzo que trajiste en un pote de plástico frente a una pantalla que bueno, dentro de todo, entretiene.

En fin, esa es la cosa triste de hoy.