viernes, diciembre 02, 2005

yatá

Viernes. Ahora entiendo por qué los viernes son importantes. Ahora que tengo un trabajo de aquellos trabajos formales donde el viernes es sinónimo de jolglorio y el lunes de hastío.
Creo que esta será la primera y última vez que tenga un trabajo de aquellos. Quiero MI trabajo.
Bueno, ese es otro tema.
El punto es que es viernes y hoy me pasó algo que me instaló de inmediato en la órbita de las emociones. Hoy por primera vez sentí una conexión afectiva con los pendex del colegio.
Tuve tres clases. Dos sola y la otra con Fabrice, el profe.
En la primera estoy con un grupo catalogado como terrible pero que no son terribles, sólo son demasiado jóvenes e inmaduros. Pero están llenos de energía absolutamente utilizable en cosas más interesantes que enseñarles a decir transporte escolar o manzana o espárrago. Ese es el punto, guiar la energía. Ups, hablo como profesora pero es que a veces siento que si estos pendex entraron en mi vida y yo, de algún modo, en la de ellos es por algo, no es una comunicación vacía...no puede serlo.
Entonces yo me acerco, me río con sus chistes torpes, les pregunto cosas, hablo en francés, cosa que no debería pero filo, debo comunicarme y ellos conmigo porque la COMUNICACION es precisamente lo que hace que estar en esa sala ultra calefaccionada tenga sentido.
Hoy les hice un ejercicio y ellos hablaban y de repente les conté que estaba feliz porque había recibido cartas y chicles de canela desde Chile y ellos se rieron y de repente sentí que los quería. Que ya se instalaron en mi memoria afectiva, que esos pendex insoportables serán unos adultos que en algún rincón de su memoria tendrán mi rostro, mis palabras...mi pequeña humanidad de chilena en Savigny, porque dudo que vuelva a suceder. Una chilena en Savigny. Yo en Savigny.
Fue exquisita la sensación. Fue liberadora porque yo no soy profesora entonces mi responsabilidad no es educar sino que comunicar. Que las estupideces se las enseñen otros, yo converso, me río y creo lazos afectivos que hacen que este paso extraño por estas lejanas tierras tenga doble o triple sentido.
Después de eso, todo se hizo más fácil, más relajado.
Identifico a los alumnos, me dan risa, me causa gracia su manera de hablar, de mirar. Son todos tandiferentes. Latifa, Salima , Tony , Sebastián, la insoportable Priscilla, la chistosa Sihan, el guapísimo Romain.
Muchos, de verdad que son muchos y diferentes y todos pendientes de mi. Me sonrien, saludan. Se despiden. Me preguntan cosas. Me dicen que me veo guapa.
Los cabros chicos de Savigny. Que fuerte.
Después de finalizada la jornada voy a tomar el tren. Paso mi ticket por la maquinita y mientras camino alguien me dice "Cagolina". Miro y era Olivia, una chica de origen africano, dulce y risueña. "Chao" le digo y ella responde con otro Chao.
Y ahí fue cuando sentí todo esto. Toda esta comunicación, todo este aire que entró a mi cuerpo. Alimentándome.
Uno no está en los lugares. Uno ES. Y ser es algo invaluable, infinito y, por sobre todo, irrepetible. Y lo más inevitable es que uno ES por los otros también. Parte de lo que soy ahora es por los pendex del colegio que entraron a mi vida con sus mochilas, sus caras largas matutinas y sus palabras en español mal dichas. Pero más que todo eso entraron en mi vida con su SER y eso. Pf. Eso ya está no más.
Buena semana. Si. Muy buena.
Y más hoy que en la mañana abro el casillero de correo y estaba la carta que faltaba con chicles de canela. Una postal de Valpo y palabras dulces. Bienvenido Diciembre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

la "ñ" la puedes hacer : alt+N y luego N(sola), yatà, sin mas problemas con estos teclados franceses...