martes, septiembre 27, 2005

Toronto


Toronto es una ciudad especial. Tiene dos lados bien contrastados: el moderno cuico y el medianamente antiguo y popular. El moderno cuico, tal como lo indica su nombre, se sostiene en construcciones modernas, ostentosas, con espejos, vidrios y puertas giratorias. El otro, el antiguo popular, esta configurado por barrios chinos, griegos, tailandeses. Mercados, almacenes, carnicerias latinas, venta en las calles, restoranes vietnamitas; chalitas chinas y casas con ladrillos y cachureos en el antejardin.
Obviamente que esto es lo mejor. No hay como la acumulacion, el olor y el color de las cosas multiples, diferentes, todas juntas, todas metiendo bulla y manifestandose.
El barrio chino de Toronto es como un Patronato al chancho, verdaderamente chino, donde todo esta escrito en coreano, los restoranes son construcciones gigantes y las calles estan llenas de verduras chinas, cosas chinas y gente china.
Dentro de este sector popular esta Kensington, un barrio exquisito, con cafes, librerias, disquerias y un mercado de verduras de todas partes del mundo, incluida una carniceria chilena.
En este barrio vive mi amigo Taulis, con el que me junte en esas 16 horas de transito por Canada
Y me invito a almorzar exquisiteces a un restoran vietnamita y luego a pasear por el Toronto de verdad, no ese que esta a la orilla del Ontario Lake y desde el cual se divisa el Radisson muy top y muy fome.
Camine como una loca y me compre un Day Pass que es un pase que permite andar en todos los servicios de movilizacion por todo un dia. Es precioso el pase porque tiene los meses y los dias tapados conmo un raspe de Loteria y el vendedor los raspa y los descubre dependiendo del dia y mes que uno compra el viaje. Es un pase setenton, medio dorado y con letras grandes y rojas que dice DAY PASS.
Alcance a andar 1 tramo no mas pero me quede con mi pase canadiense porque es lindo y unico.
Igual, a pesar de lo cuico, el Ontario Lake es un buen lugar para estar sin hacer nada. Nada que requiera de mucho movimiento. Porque sentarse a comer un buen durazno (que lo vendian en un negocio cercano al lago) mirando el lago, tomando sol y dejando que el viento hiciera lo que quisiera conmigo, es un placer de aquellos.
Toronto. Jamas pense en conocerlo y este viaje lo invito a la fiesta para hacerla mas entretenida. No solo vi a mi querido Taulis sino que conoci una ciudad que de solo nombrarla parece lejana. Comparti risas con las chiquillas asistentes de otras regiones de Francia y conclui que el Torontoniense es guapo pero producido.
Y sigo insistiendo que no hay nada mejor que un
buen chileno.
La Foto ( tomada a la orilla del Ontario Lake ) es algo asi como un resumen de lo que soy: cielo y pelo.
Informe terminado

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