martes, marzo 27, 2007

hiver

Botas y mucho café.
Eso soy yo hoy día que llueve y hace frío.
Sé lo que viene de ahora en adelante: manos congeladas y capas de ropa impidiendo movilizarme con naturalidad.
Siento que necesito el frío para disfrutar del abrazo, del abrigo, de las sopas.
Como el verano es esencial para valorar la sandía helada, el pacífico gélido, las baldosas frías del baño.
Pero, indudablemente el invierno tiene otra textura emotiva. Una cosa así como nostálgica, demasiado personal e íntima. Casi como si el corazón hivernara y todo sentimiento exhuberante no estuviera permitido o no alcanzara la dosis necesaria para salir a flote.
Sigo siendo feliz y sonriente pero ahora hay kilos de nubes grises sobre mi cabeza que no colorean del mismo modo y los atardecer duran menos que un candy.
Ni que hablar del invierno playero.
¿Hay algo más delicioso pero más triste que un atardecer invernal en el litoral central?
Un enorme océano que pareciera cantar el mismo bolero todos los años, y una enterrada en la arena y en el chal recordando nada pero con la secreta sensación que en ese recordar supuestamente vacío están todos los recuerdos de todos los inviernos playeros, unos sobre otros, una sumatoria de besos furtivos, abrazos apretados, vino navegado que en resumidas cuentas hacen que sólo un sentimiento aflore: la nostalgia.
Que sólo se vea la piel de las manos y de la cara no es menor. Es una estación de evocaciones más que de encuentros directos.
Yo vivo el invierno dividida: muerta de frío pero viva de emociones.
Ahora tengo un poco de tos y los dedos de mi mano medios congelados pero creo que esperé este momento desde hace tiempo.
Volver a sentir la punta de mi nariz helada mientras mi cuerpo se entibia con un café y un abrazo.

domingo, marzo 25, 2007

guau

Me acuesto en el suelo del patio, me llega sol en la cara.
Me acuesto en el suelo y llega la Princesa.
Con su hocico canoso, sus ojitos de aceituna, su mirada limpia y honesta.
Y ella, que no se si me entiende o no, me mira tan profundamente
que me da un poco de paz.
Una paz diminuta, apenas perceptible.
Una paz que no me sirve de mucho.
Pero pienso que la Princesa de algún modo u otro
como que sabe lo que siento
y se acerca
con su hocico canoso
y se acuesta a mi lado
dandome esa diminuta

imperceptible
ansiada
paz.

sábado, marzo 10, 2007

Arizona Drink Arizona


En esta vida sé cuáles son las cosas que me hacen feliz.
Unas más profundas, otras más superficiales.
No soy exigente con la felicidad.
Y bueno, caminando por Patronato encontré algo que me dio mucha dicha en un viaje que hice unos años atrás.
Pensé que nunca más lo iba a tener cerca mío.
Pensé que jamás volvería a sentir ese placer.
Pero no es así.
En un supermercado coreano encontré una de las bebidas más deliciosas que he probado en la vida.
Nada se compara a la cerveza Saint Louis de guinda pero este
Té verde, con Ginseng y miel de la marca Arizona, es insuperable.

¡¡¡Bendito sea Patronato y el Boba!!!

Visita el sitio de Arizona Bever






miércoles, marzo 07, 2007

chanson sans thèorie

Je ne sais pas que j'ai dans mon tête.
Je ne sais pas que j'ai dans mon tête.
Ça pourraît être mon chanson.
Ça pourraît être mon prènom.
Il y a beaucoup de thèories pour parler
des choses que l'être humaine ne peux pas exprimer.
Mais quand la thèorie c'est finie
començe la chanson.