sábado, enero 14, 2006

NO LO TOLERO

En latín clásico “tolerantia” (cuyo verbo, “tolerare”, procede, con toda probabilidad, por derivación de “tollere” ‘levantar’, ‘sacar’, ‘quitar’, de donde se llega al castellano viejo “toller”, empleado en la acepción de ‘quitar la fuerza, inutilizar’, como puede leerse, por ejemplo, en Berceo, y de ahí al participio “tullido” que, principalmente como adjetivo, ha llegado a nuestros días) tenía el sentido de ‘constancia, paciencia’, entendidas éstas como aguante o capacidad para soportar inconvenientes. Así, en Cicerón se habla, quizás en el empleo más propio, que cabría pensar como originario, de “tolerare militiam” ‘soportar la milicia, las fatigas y exigencias militares’. Que Séneca, unos pocos decenios después, haga hincapié, para llevar el agua a su molino, la visión estoica del mundo que fomenta una actitud de impasible espera a la consumación del lógos y la correspondiente consunción ígnea del cosmos, en el sentido de ‘paciencia’ (“tolerare animo aequo servitutem” ‘sufrir con paciencia, con ánimo justo, la esclavitud’) apenas puede sorprendernos ni debe hacernos modificar el valor atribuido a la palabra.

Así es. Tolerar significaría soportar sino fuera porque creo más en el significado humanista que para mí es Respetar.
Tolerar es respetar aquello que no compartimos o no forma parte de nuestra estructura como individuos.
En este sentido, yo soy tolerante.
Siempre lo he sido.

El punto es que hoy tuve mi encuentro con la calle después de una semana de estar recluida en mi depto.
Fue agradable. Hoy hay sol, mucha luz, ninguna nube. Un día invernal extraordinario.
Salí en búsqueda de un regalo para la guagua de Hanane y de unas pantuflas para mi. Porque ando con calcetines por la casa y ayer casi que me saco la mugre por ir a contestar el teléfono corriendo.
Me fui en bus esta vez.
Se da 8 mil vueltas pero pasa por lugares que no conozco y se sube mucha gente. Puedo observar la diferencia.
Mirar a la señora árabe con cara de cansada.
A la señora africana y su pañuelo colorín que le envuelve sus salvajes rulos.
A la lolita seguramente portuguesa bien pintada y que masca chicle bulliciosamente.
Observar el mundo.
Me gusta sentirme parte de ese mundo.
A mi también me miran.

El punto es que hoy descubrí que hay dos cosas que ya no tolero más.
Que me causan repulsión, cansancio e ira.
Que cuando las observo me dan ganas de gritar.

Hoy puedo afirmar que no soy totalmente tolerante.

No tolero:

1.- A los jovencitos y no tan jovencitos que escupen en cualquier lado. EN CUALQUIER LADO. Pueden ir pasando por mi lado y hacen sonar su nariz y escupen. Por donde una camina, una se sienta, una come.
Es un asco, una falta de respeto y de educación enorme.
NO LO TOLERO.
Hoy, esperando el tren para regresar, dos hombres bastante grandes conversaban y escupían, como si fuera la misma cosa. Y escupían cada dos minutos. En un momento uno de ellos tosió y escupió su asquerosidad hacia la línea del tren, sin moverse de donde estaba, como si todo fuera una gran jaula.
NO LO TOLERO.
NO MÁS.
ESTOY HARTA de esta horrible costumbre.
Cuando llegué fue lo primero que me llamó la atención. A la primera fue vaya que curioso, a la segunda fue vaya que mal educados. A la tercera, cuarta quinta y así hasta ahora que simplemente digo
NO LO TOLERO.

2.- A los grupos de hombres marroquíes. Y no es racismo, porque he observado a otros grupos de hombres y definitivamente el de los marroquíes es el que más me molesta.
Porque es el único grupo violento, grosero, pretencioso y altanero. Mientras sus mujeres están en la casa preparándoles su comida y cuidando de sus 10 hijos ellos están en las esquinas o en las plazas reunidos tomando cerveza y fumando y riendo y molestando a viva voz a cada mujer que se cruza por su camino.
Y no les basta con gritarles cosas sino que también las persiguen como lobos hambrientos seguros de que su presa (la mujer) les teme.
Ellos, que los días de sol salen con sus lujosas chaquetas y su pelo horriblemente engominado, dejan a sus mujeres en sus casas o, si les dieron ganas, las "sacan" enteramente tapadas, de pies a cabeza, sin poder disfrutar del sol en el cuerpo, en las piernas, sin poder experimentar la exquisita sensación de que el viento mueva el cabello.
NO LO TOLERO.
Simplemente es mucho para mi.
NO TOLERO la violencia.
No estoy hablando de los árabes porque si. Pero da la casualidad de que ni he visto hombres negros ni chinos ni portugueses ni italianos ni franceses en ese tipo de conducta agresiva.
NO TOLERO ese machismo, esa carcajada de creer tener el poder sólo por ser hombres.
NO LO TOLERO.

Cómo ven, no hablo de razas, hablo de conductas.
Me cansé.
Hoy me di cuenta que no tengo por qué tolerar la violencia y la falta de respeto.
NO LO TOLERO.

1 comentario:

elefante dijo...

me acorde!!!

y zorrita es quien aparece
en zorrita ella quiere volverse...

era algo asi cierto??????!!!!!