lunes, julio 03, 2006

spum

Los días no están fríos.
Los pájaros cantan en las ramas secas del ciruelo.
Cantan con el sol en la garganta y los nidos vacíos en el corazón.
A veces me dan ganas de irme.

7 comentarios:

Pilar Navarrete Michelini dijo...

No te pongas triste Tralalá. Yo no soy una niña -en la lógica de lo lógico- pero puedo ser tal. De hecho, uno de alguna forma se convierte. Yo el sábado fui una compañera. Dejé que me pintaran los labios y la cara y me hicieran reír y sentirme su par... porque yo también la sorprendí con mis muecas y con juegos locos y me terminó imitando en varias cosas. Por eso, quizás, no me pude quedar dormida hasta muy, muy tarde. Y me quedé dormida contenta, con cosquillas en la panza.

Uno puede ser siempre un niño, sólo que -grandes de edad- no podemos ser SÓLO niños como uno quisiera. He ahí el asunto.

Creo.
Eso.
Besos.
Lesos.

Anónimo dijo...

Cuando te vas quieres volver y cuando has vuelto te quieres ir.

SWAN PXAJ MONTANÉ dijo...

a mí, en este momento, me dan ganas de quedarme en el placer de mover las piezas necesarias, amiga.

nos leemos pronto. no te olvides.

Pez Alfombra dijo...

Los recuerdos en tus manos, no te sirven más. El tiempo de partir vino y se fué. Tal ves lloraste un poco y olvidaste despúes.
El viaje es como esos amigos que sonríen cuando se despiden. Sonríe Tralalá, sabes que ese amigo volverá. No te olvida.

elefante dijo...

es el veranito de san juan que le llaman, pasa todos los años, sale el sol, los chalecos sobran y uno se cuestiona realmente si merece estar donde esta.

pece tiene razon... y es que el viaje no termina donde uno cree.

no es necesario volver, tu mirada ya cambio para siempre.

ring!

Anónimo dijo...

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