domingo, marzo 25, 2007

guau

Me acuesto en el suelo del patio, me llega sol en la cara.
Me acuesto en el suelo y llega la Princesa.
Con su hocico canoso, sus ojitos de aceituna, su mirada limpia y honesta.
Y ella, que no se si me entiende o no, me mira tan profundamente
que me da un poco de paz.
Una paz diminuta, apenas perceptible.
Una paz que no me sirve de mucho.
Pero pienso que la Princesa de algún modo u otro
como que sabe lo que siento
y se acerca
con su hocico canoso
y se acuesta a mi lado
dandome esa diminuta

imperceptible
ansiada
paz.

No hay comentarios.: