domingo, julio 10, 2005

SUNDAY DE INVIERNO

Que en un oscuro y frío invierno aparezca, de repente, un día tan iluminado y tibio es por algo. Algo como salir a caminar, sentarse en un banco de plaza a calentarse las mejillas, sacar la mano por la ventana del auto, sonreír un rato.
Las cosas y sus asuntos nunca permanecen estáticas. Siempre hay algo que las quiebra y nos enfrenta a la posibilidad de disfrutar de algo completamente nuevo. Es como un camino que se abre de repente en una larga carretera, y al fondo se distingue una verde pradera. Quizás es sólo una ilusión pero de que el camino está, no hay duda. El fin no importa, la motivación es la novedad, la sorpresa, el mareo de lo que desconocemos. Si fuera por perseguir finales daría lo mismo la vía que se tome. Y lo que importa es precisamente el camino, lo que pasa en él, cuántas veces nos caemos y nos paramos, las personas que conocemos. Por esto mismo los fines cambian.
Yo creo que este domingo tan increíblemente hermoso me regala el placer de escuchar una buena canción tomando sol y luego quizás tomarme un jugo de frambuesa y luego ver una película y luego mirarme en el espejo y verme sonrojada de calorcito. O quizás no, quizás salgo de la casa y me encuentre con alguién o me de cuenta que quiero tomar un bus y bajarme a mitad de camino o comer cuchuflíes con mi mamá. Vaya a saber, el punto es que este día es algo así como un regalo que debo abrirlo lentamente y luego asombrarme con lo que aparezca. Porque en realidad da lo mismo lo que sea, lo que importa es lo que me pasa cada vez que empiezo y termino algo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y que pasa cuando el regalo te llega sin que quieras un regalo? Si, fue un dia hermoso pero me habria dado lo mismo si hubiese estado nublado o lloviendo. En esta ocasion, me quedo con las metas y desafios que me propuso el solo gesto de abrir los ojos.