domingo, agosto 21, 2005
La Historia del Camello que Llora
Con esta película lloré. No sé si sea un dato que la haga más interesante pero creo que hace mucho tiempo no veía una película de una simpleza tan sobrecogedora que llegaba directo al corazón.
Más bien es un documental. Tan bello, tan humano y tan real que no necesita de nada más que de la mirada del espectador. Una mirada abierta y dispuesta a que por aproximadamente 90 minutos el que hable sea el mundo y sus cosas simples.
Esta obra es una producción de Alemania Y Mongolia.
La dirección está a cargo de Luigi Falorni y Byambasuren Davaa.
Es del año 2003
Y el personaje de Ugna (Uuganbaatar Ikhbayar), un niño mongol adorable, es casi como un símbolo de los tiempos modernos. Que más allá de dónde se sea, o cómo se sea, siempre existe la posibilidad de acercarse al mundo. Y que el mundo necesita de las diferencias.
La historia transcurre en el desierto de Gobi y sólo se ve la vida de una familia nómade en la cotidianeidad y eso es el punto de partida para percibir el mundo y sentir que hay tantas cosas por descubrir, tantas vidas por asir. Tantos paisajes que esperan ser conquistados. Y que existen miles de mini mundos que desconocemos pero que se presentan así, de repente.
Y bueno, una historia que tenga por protagonistas a los camellos no deja de ser interesante y completamente pura.
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