viernes, mayo 26, 2006

¿?

Pregunto muchas cosas.
Soy una preguntona.
Hago preguntas estúpidas también.
Pero si no las hiciera se quedarían dentro mío
estupidizándome.
Pregunto porque me gusta saber
no todo
pero si un poco de ese todo.
Me gusta que me hagan preguntas también.
Me gustan algunos test
donde hay como 100 preguntas.
Ayer hice 4 preguntas tontas.
Me costó hacerlas
porque, claro, eran tontas y yo no soy tonta.
Pero
lo mejor de todo
es que no fueron contestadas porque
eran tan tontas
que se contestaban a sí mismas.
Durante el transcurso de la noche
igual respondí esas preguntas y ahora tengo
4 preguntas menos que hacer.
Las preguntas son infinitas y creo que todos deberíamos preguntar sin miedo
porque preguntando
se llega a Roma,
dicen.

2 comentarios:

Pilar Navarrete Michelini dijo...

Muy bien Tralalá. Muy bien. Yo creo que las niñas preguntonas son más lindas porque son despiertas y no se apagan. ¿Cómo se van a apagar si no se pueden quedar dormidas haciéndose preguntas? Es entrete preguntarse todo Tralalá, aunque no sé si es fácil. Además, si no le encuentras respuesta a algo, tampoco es de vida o muerte. Hay respuestas que son axiomas y esas respuestas que son axiomas a mí por lo general no me gustan. En ese caso, prefiero no encontrar respuestas y desvivirme en preguntar. No sé si se entiende la idea. Pero eso da lo mismo. Yo sé que aunque soy enredada, tú me entiendes. Y por eso, entre muchas otras razones, te quiero (cosa que, ejem!, no tiene cuestionamiento).

Cariños!

Anónimo dijo...

Calle mojada con luz? excelente barrio.

Saludos y bienvenida

Coronel Santiago Bueras