viernes, diciembre 01, 2006

Uno Une One 1

Tantas cosas que se pueden hacer a partir del primer día del mes.

- Empezar una dieta.
- Cambiar algún rasgo incómodo de la personalidad.
- Comenzar un orden de la pieza y prometer mantenerlo.
- Ser más generosa.
- Hacer 100 abdominales diarios.
- No fumar tanto.
- Hacer más vida natural. Esto es dejar el computador de lado y SALIR.
- Ordenar el clóset y con eso renovarlo (en la medida de lo posible)
- Comenzar un libro.
- Meter las monedas de 10 pesos en una cajita hasta que esté llena.
- Comenzar el tratamiento facial 2 veces a la semana.

En fin.

Son muchas cosas. Cada cual sabe dónde le aprieta el zapato.
A mi me ha pasado que siempre espero con ansias el primer día del mes porque siento que es la posibilidad de comenzar de cero.
Es una lesera pero me pasa poh.
No con los lunes, por ejemplo.
Pero si con el primer día del mes.

Y hoy es 1 de diciembre.

La verdad me da escalofríos porque el próximo mes ya es el próximo año y bla bla bla.
Pensaba, o más bien recordaba, que el año pasado, en esta fecha, estaba en París, congelándome, haciéndole clases a adolescentes inquietos e indiferentes, sola, sola, sola.
Con un montón de añoranzas pero, a la vez, una curiosidad infinita.
Me pasa que mi cuerpo a veces tiene flashazos de recuerdos,
escucho alguna canción de las que escuchaba en diciembre pasado
y me da un coso en la guata, una especie de nostalgia mezclada con la sorpresa de las cosas que van y que vienen en la vida.
Mi cuerpo el año pasado se acostumbró a la soledad
los crêpes con Nutella, capas y capas de ropa,
el olor de París, la leche de la mañana,
la luz al bajar del tren en Savigny sur Orge,
la gente del colegio, la humedad.
Todo.

Y ahora, de chalas, en pijama, con mis padres dando vueltas por la casa, con los vecinos que colocan a Marco Antonio Solis a todo lo que da, los ladridos de la princesa, los porotos granados, el sol, el transantiago, mis amigas lindas, la feria, Curicó, Leonidas.

Y qué me pasa.
Que siento.
Que todo lo mío, es mío y sólo mío.

Y qué bueno haber estado en París
para sentir que este Chile es una cosa muy buena.
MUY BUENA
Y que no la cambio por nada.

Porque el 1 de diciembre en París no comencé nada.
Y este 1 de diciembre acá, en Santiago de Chile, inauguro oficialmente
mi temporada.

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