martes, junio 26, 2007

Vida 2000

Muy materiales serán las cosas materiales pero también se enferman.
Mi pobre computador, al que en un comienzo llamé Brandon en honor al vocalista de The Killers que en esa época (agosto de 2005) me gustaba en exceso, está enfermo.
No viejo, sino que enfermo.
Lo sé porque antes de ayer me tocó presenciar la muerte de un computador que dejó de respirar debido a su edad. Eso es una cosa obvia en todo el orden del mundo. Y bueno, también fue muy triste porque no falleció de una sino que agonizó y agonizó en mis brazos. Snif.
Pero mi computador no es viejo, es fuerte y generoso y ahora está con unas especies de ataques convulsivos, además de serios problemas de ventilación y de hipertensión.
Por lo que decidí llevarlo al doctor.
Basta de gastar sólo en cosas para mi.
Lo limpiaré y lo llevaré a una especie de acupunturista que le saque las cosas malas que lo tienen nervioso y que hace que a veces se le apague la tele (sic).
Luego, lo más complejo y delicado: un transplante de corazón.
Para finalizar, una sesión de belleza en manos mías. Para que quede brilloso y pulido.
Luego.
No sé.
Quizás luego me de cuenta de que es hora de volar y de crecer y lo deje en manos de otra persona que lo alimente con datos nuevos y extravagantes.
Así es la vida.
La vida de una máquina también.

1 comentario:

Agnes dijo...

Uy, pobre Brandon, que le vaya muy bien en su doctor-spa terapia. A mi pobre Bicho ya le han echo 3 transplantes de cerbro y uno de corazón. Pero con eso anda super bien.

Besos

(que ñoñisticamente computinas)