martes, agosto 17, 2004

Chau Bruselas

Los últimos días en Bruselas estuvieron tristes. Con una lluvia que no daba descanso y con la sensación de que las cosas nunca vuelven a ser las mismas. El sábado nos despidieron con asado en casa de un chileno-belga llamado Gigi (Guillermo en chileno). Hicieron un fuego bravo que quemó un poco la carne pero el espíritu y la alegría no dejó que el chamuscón dejara mal sabor en la noche. Nos hicieron hartos regalos y me despedi de todos aquellos que fueron tan amables que hicieron de mi paso por Bruselas algo inolvidable y demasiado cercano. A causa de unos pitos malos Anastas, un griego tirapinta y novio de Josy, casi que le pega un combo a Gigi que también estaba bien volado y lo acusaba de estar coqueteando con Leticia, su novia, y una hermosa niña portuguesa-española-belga. Rodrigo intercedió tratando de que entraran en razón y se dieran cuenta que por una mujer no vale la pena pelearse. Lo consiguió porque hicieron las pases y la fiesta continuó. Estaba Katy, Josy (vestida enteramente de rosado), Gigi y su hermana Valeria, un loco dando jugo, Jeouffré (amigo de Kati y tan simpático que un poco amigo mío), Annastas el griego, Rodrigo y yo. Por supuesto, la infaltable Kriek para mi, piscolas para los chiquillos, vino belga delicioso y, con el concho del pisco hice pisco sour que fue la delicia de Leticia que me preguntaba qué era el pisco y cómo llegaba a ser sour. Cantamos, llegaron los pacos, cantamos bajito y nos fuimos como a las tres con la sensación de la cerveza haciendo globitos en el corazón.
El domingo, día en que partíamos, me levanté temprano a hacer las maletas y a esperar que nos pasaran a buscar. ¿Quién? , Anasstas el griego, Josy y Katy. El vuelo partía a las 6 así que teníamos harto tiempo para despedirnos y agradecer y chau chau bruselas. Sentados frente a frente, Rodrigo y yo, nos mirábamos con el cansancio de dos semanas de mucha acción y fritanga. Medio en broma, Rodrigo me dice "te imaginas que no vimos bien y el avión parte antes" ... yo le digo "ay Rodrigo no seai loco".
Acto seguido miro los pasajes y CONCHADETUMADRE RODRIGO PARTE A LAS 3 Y MEDIA Y SON LAS DOS DE LA TARDE.
Creo que nunca he estado tan al borde de la muerte como en ese instante en que mi corazón se detuvo y mis ojos casi salen expulsados de sus órbitas y mis manos no podian ni sujetar el aire. Casi que me muero y casi que no llego a Praga.
Bueno debo desocupar la máquina así que sigo después

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