miércoles, junio 22, 2005

cuerpo y medio

Las ventanas abiertas. Todo abierto.
Un huracán que no para y me deja chascona.
Ese viento que sopla por dentro y abraza las entrañas y calienta la sangre y agudiza más aún el mundo.
Los árboles quemados en la mitad de una pradera tan verde que duele el corazón.
Un desierto en la mitad de la noche y sueño que respiro y me elevo.
Quisiera que las cosas se precipitaran, quisiera que todos los caos fueran mi caos.
Correr las cortinas de todas las ventanas y la luz que rompe los vidrios y deja ciegos a todos aquellos que creen verme.
¿Me ves? ¿De verdad me ves?
Todo lo que soy lo entrego a todos quienes sean conmigo. No concibo las cosas a medias, mediocres y fáciles. Quiero sentir el riesgo de la vida porque yo misma soy mi propio riesgo.
No me detengo, juego con mis impulsos y descubro las verdades más puras de mi universo.
Soy una mujer que quiere todo, que arranque todo, que caiga todo y que sangre todo.
Y las hojas de los árboles y los resoplidos de los animales.
Cualquiera sea la hora...
Es la vida que se presenta, es la naturaleza que se manifiesta , son los caballos salvajes arrojados al precipicio.
Y son los vientos furiosos que se llevan mi cuerpo.

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