martes, agosto 30, 2005
DIA 23
Escribo desfasada. Hoy es el DIA 22 y ayer fue el DIA 23.
Y hablaré del DIA 23, o sea de ayer lunes.
No tengo mucho que decir, sólo que fue extraño y forzado.
Que haya sido extraño no tiene nada de malo.
Pero forzado si porque mi política es dejar que mi emoción me atrape y viva tranquilamente. Dejarla fluir, aunque suene cursi.
Y no la dejé fluir. Desperté con piedritas en el pecho y no las dejé sonar.
Todo el rato quería llorar y no me lo permití. Salvo al final del día, acostada, con la luz apagada, como avergonzada de mi pueril llanto.
Y quiero llorar, dejarme un rato para sentirme vulnerable.
Este viaje es avasallador, se mete en toda mi vida, se manifiesta a cada rato, habla por mi. Es mi única preocupación.
Pero es este mismo viaje el que lo precipita todo.
El que me mete dentro de la cama a la NADA y al TODO. Mezclados. El peor cóctel por decirlo así. Por que hace bien y mal, altera y adormece.
Debo respirar, contar hasta 10, secarme el llanto y volver a empezar con mi oración inconciente.
Sé que todo estará bien, sé que mi vida va encaminada hacia lo mejor, sé que lograré lo que quiero.
¿Y? Sé que todo estuvo mal, sé que mi vida no estaba encaminada a lo mejor, sé que no logré muchas cosas.
Pero, de un modo u otro, había optado a eso. Y me hacía feliz. Porque era mi opción.
Ahora están todas las cartas dadas vuelta, no hay dudas. Ni futuros inciertos. Porque en definitiva no hay futuro.
Sólo un presente con garras que destrozan mis ropas viejas.
Obligada a ponerme el vestidito rojo.
A lustrar los zapatos.
Enderezarme los rulos.
Lavarme los dientes.
Cambiar de radio y escuchar otra sonata dulce y endemoniada.
Y dejar que estos días se mezclen unos con otros hasta el DIA 0.
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1 comentario:
ya que veo esa ilustración tan mona ahí, me gustaría saber si te pasa algo con las páginas del silabario -si te pasó, por si el pasado se precisa.
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