Un soplido y las campanas de mis vestidos sonando.
¿Cómo hacer volar las mariposas de mis ojos si los tapo con lágrimas?
Y se ven tan pequeñas todas las madres que tuve
y que es una sola
multiplicada por todos los años que tengo.
Me compré un gatito de peluche
que me mira medio chueco y le pregunto
cuántos techos andaré en los agostos venideros
hasta dar con aquel que me sujete de un llamado y sin palabra luego
me libere.
Una mano invisible me toma del pelo y lo cepilla hasta hacerlo crecer
y los caminos se abren cuando paso. Como huyendo
corriendo, escondiéndose de mi libertad
que los ofende.
A veces quiero descansar sobre las aguas
y que mi cuerpo se desintegre y ser agua
y evaporarme y de nuevo ser agua
y caer sobre ti
sin que te percates
mojarte
tomarte
tenerte.
Soy una répilca del día de hoy
un estremecido deseo
de prolongar el sol y la dicha
y la locomotara
y los ojos
de aquel hombre que se va
sin poder llamarlo.
Me asusto de mi susto por tener susto
Y cuando cierro los ojos
dormida en la cama
prometo
callarme
el susto
y dejar que los pájaros vuelen sobre mi cabeza.
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