jueves, febrero 16, 2006

YO PROTESTO NO A PASCUA LAMA

YO PROTESTO TAMBIEN

El siguiente documento lo copie del blog de mi Amiga Pili
sumandome a su protesta en relacion al proyecto de PASCUA LAMA

No dire nada mas, solo que siento que los intereses de privados
no solo violan los derechos de la ciudadania
sino que destruyen de manera irreversible
el ESPIRITU y la ESENCIA de lo que somos
parte de la naturaleza
y
al estar indudablemente unidos a ella
destruyen a su vez
al SER HUMANO.
Es una cadena de muerte.
Asi que yo tambien digo

NO A PASCUA LAMA


El desarrollo frustrado

Marcel Claude
Director de Oceana

Como los organismos técnicos del Estado carecen de
autonomía y sucumben ante las presiones políticas, la
materialización de la millonaria inversión de Barrick
Gold parece ser sólo cuestión de tiempo. Hoy miércoles 15 de febrero la
la Comisión Regional del Medio Ambiente
(Corema) de la III Región de Atacama aprobó el
proyecto minero Pascua Lama.

Pese a que la minería del oro es una de las más
contaminantes del mundo y a que al remover tres
glaciares se pone en serio riesgo la conservación de
la vida en el valle del Huasco, Pascua Lama verá la
luz frente a la negligencia de las autoridades. Los
efectos sociales y ambientales no son advertidos en la
mirada miope de las autoridades que centran su
discurso en la necesidad de apoyar proyectos como éste
para tener un crecimiento económico sostenido.

En Pascua Lama, una vez más observamos una dicotomía
que no existe, porque se quiere hacer creer que la
preservación del medio ambiente es una traba para el
progreso de una nación. Apelar al desarrollo
sustentable es justamente apostar por un justo
crecimiento del país en todas sus áreas. Barrick Gold
es la principal minera del mundo y espera en 20 años
de explotación apropiarse de 10 mil millones de
dólares en recursos naturales de todos los chilenos.
Obviamente, con un enorme costo para el medio ambiente
y para la comunidad aledaña. Esto no es desarrollo,
pero la casta política chilena no lo entiende.

Para extraer 17 millones de onzas de oro, Barrick
dinamitará tres glaciares que nutren de agua al valle
del Huasco. Ahí se encuentra el desierto de Atacama,
el más árido del mundo, y el agua escasea, por lo que
el daño ambiental de Pascua Lama será irreparable: se
contaminarán las fuentes de vida y de trabajo de miles
de pequeños agricultores.

Mientras en el agua habrá mercurio, los habitantes del
Huasco respirarán arsénico y otras emisiones tóxicas
de la minería del oro. Pero qué importa cuando se
trata de una inversión tan millonaria, que elevará los
indicadores del Producto Interno Bruto y dejará
contentas a las autoridades del momento. Esas mismas
que no entienden de qué se trata el desarrollo.

Ni siquiera los nefastos precedentes de otros
desastres ecológicos han alertado a quienes deben
velar por el resguardo medioambiental. El caso más
paradigmático del último año ocurrió en el río Cruces
de Valdivia, donde la planta de celulosa de Anacleto
Angelini acabó con la vida en un Santuario de la
Naturaleza, protegido internacionalmente.

En Chile, existe una sumisión total frente al poder
avasallador de los grandes grupos económicos, que se
materializa en el actual modelo de acumulación, y no
de desarrollo, que estimulan las autoridades
gubernamentales. La acelerada conversión de capital
natural en capital financiero ha puesto a nuestro país
como vitrina para quienes quieren copiar el modelo
neoliberal en Sudamérica.

La próxima Presidenta debe dar un giro y mantener su
compromiso de candidata de no remover los glaciares
del valle de Huasco; es decir, de rechazar el proyecto
de Barrick Gold. De lo contrario, el permitir que a
días de que asuma su cargo la Corema de la III Región
apruebe Pascua Lama, será una clara señal de que la
nueva relación con la ciudadanía fue sólo un discurso
para la campaña. Ojalá que Michelle Bachelet no repita
los males que se han amplificado estos años, como la
escandalosa distribución del ingreso, los grandes
desastres ecológicos, el triunfo de los conglomerados
económicos y la desesperanza de los millones de
chilenos alejados de lo que los últimos gobiernos
llaman "desarrollo".

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