martes, septiembre 29, 2009

Plop


Es como si me dijeran que Juanito Yarur o Carlos Cardoen se ganaron 50 millones de pesos para sus respectivos proyectos “culturales”.

Si bien la democracia permite que todo chileno o chilena o extranjero con residencia en Chile postule a los fondos que entrega el Consejo de la Cultura y las Artes, hay algo que se llama ética y es, precisamente, lo que hace que NO TODOS los chilenos y chilenas postulen a estos fondos que no sólo están destinados a financiar proyectos culturales sino que también aquellos proyectos desarrollados por personas que,precisamente, no cuentan con los recursos monetarios necesarios para llevarlos a cabo.

Así, se entiende que un escritor o fotógrafo de Aysén, que ha dedicado una buena parte de su vida a su oficio, con esfuerzo y creatividad, sea beneficiando por el Fondart. O un escritor novel, esforzado y estudioso. Incluso, algún loquito artista plástico con una buena propuesta pero sin un peso para desarrollarla y BENEFICIAR al país.

Porque de eso se tratan los fondos de cultura, de una retroalimentación. De un descubrimiento en pos de un mejoramiento de la calidad del arte en Chile, un arte que identifique al país acá y en el extranjero, y que brinde la posibilidad a aquellos que no la tienen de abrir su espectro cultural y humano haciendo su arte o aprendiendo más para hacerlo.

Entonces, sí que encuentro grosero que el teatro Mori haya ganado 99 millones de pesos en el Fondart de este año. Grosero porque sé que los dueños de ese teatro manejan recursos personales bastante cuantiosos como para enchular su proyecto cultural sin tener que postular a los fondos de cultura. ¿El derecho? Claro que lo tienen, pero repito la palabra clave: ética.

Por otro lado, el estado beneficia a esta sala de teatro que se caracteriza por, implícitamente, ser punto de encuentro de lo que podemos llamar “elite cultural”, cerrando así, aún más, el concepto de la palabra cultura. Elite en el sentido de que después de pagar cinco mil pesos por ver una obra, pagan casi nueve mil pesos por un plato de comida en el restaurante del para nada modesto Centro Cultural Mori.

A mi, me encanta comer rico y he pagado caro por un plato.

Pero no todos pueden pagar una entrada de ese precio para después disfrutar un plato que equivale a tres almuerzos "normales".

Y todo esto simboliza el "carácter cultural" del teatro Mori.

Y a esto va dirigida mi crítica.

Mi crítica es que estos fondos de cultura DEBEN estar destinados a ABRIR la cultura, hacerla popular, partícipe del pueblo y viceversa; potenciar la DIVERSIDAD y evitar el ENCASILLAMIENTO.

Pero si los dos rostros de las casas comerciales más famosas de Chile se ganan 99 millones de pesos ¿Qué puede pensar la gente? ¿Qué pueden sentir los otros miles de artistas que no han pedido ni la décima parte de los que estos pijecitos se ganaron y, sin embargo, sus proyectos fueron rechazados por esas misteriosas razones del CNCA?

No critico la calidad del proyecto que Vicuña y sus socios presentaron. Critico la poca ética del CNCA al decidir financiar un proyecto que puede ser financiado de muchas otras maneras, sobre todo PRIVADAS, en desmedro de todos los otros proyectos que no pueden ser financiados de ninguna manera, salvo, con el dinero del estado.

Como se dice popularmente, ya estoy curada de espanto.

Pero esto no quita que más que sorprenderme me entristezca y enfurezca el CÓMO se desarrolla la cultura en Chile.

Qué, como vemos, pertence a unos cuantos que deciden y a otros pocos que reciben.

2 comentarios:

Juan Pablo De Gregorio dijo...

Me parece horrendo.
Aunque también me gustaría ver a gente especializada que pueda guiar cómo conseguir buenos presupuestos para financiar sus proyectos.
Digamos presupuestos decentes...

Anónimo dijo...
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